"Las imágenes me desmontan, las imágenes vuelven a unirme, nueva, más ancha, con espacio para respirar. Durante veinte años he llevado un diario de mi vida interior en imágenes, pinturas, dibujos y palabras...a veces sin orden ni concierto, otras con mayor diligencia, pero sin cejar jamás, a lo largo de mis días de estudiante de arte, de arte-terapeuta, de profesora, de esposa, de madre, de artista. Lo he hecho, creo, porqué tenía la sensación, en cierto modo, de no existir. Mi existencia era marginal, innecesaría, porque me faltaban los sentimientos, que son imprescindibles para que la vida tenga sentido. La creación artística fue la forma que tuvede devolver el alma a mi vida. El alma es el lugar donde se tolera el desorden de la vida, donde los sentimientos animan la narración de la vida, donde existe la historia. El alma es el lugar donde vuelvo a colmarme y en el que puedo sentir tanto los jardines como los cementerios. El arte es mi forma de saber quién soy."
